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Trabajo social en empresas y prevención de riesgos psicosociales

En la última publicación, lanzábamos una reflexión sobre la relación existente entre la prevención de Riesgos Psicosociales y el Trabajo Social. En estos días, además, se ha publicado la noticia referente a la obligación de las empresas de evaluar los riesgos psicosociales, como pueden ser el estrés, la ansiedad o el malestar en el entorno de trabajo. Y ¿qué tiene que ver el Trabajo Social con todo esto? Puede ser una de las preguntas que surjan, sobre todo, desde profesiones ajenas a la nuestra.

Según la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS), el Trabajo Social es “una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el Trabajo Social. Respaldada por las teorías del Trabajo Social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a los desafíos de la vida y aumentar el bienestar”.

 

La importancia del Trabajo Social en las relaciones interpersonales

Desde Firma Quattro. Trabajo Social, estamos convencidas de la importancia del Trabajo Social en cualquier espacio donde confluyan relaciones interpersonales, basándonos, en nuestro quehacer diario, en los principios y valores de la justicia social, el respeto a la disciplina, la confidencialidad, la excelencia y la transparencia.

Por ello, en este convencimiento de que todas las personas pueden ser susceptibles de precisar en diferentes momentos de sus vidas la atención, asesoramiento, información y acompañamiento de una Trabajadora Social, mantenemos también relaciones contractuales de carácter mercantil con grandes compañías de distintas actividades del sector productivo, a través del diseño de un Modelo de Desarrollo Profesional (M.D.P) basado en la intervención a través de diferentes espacios desde el Trabajo Social en la empresa.

 

 

 

La Trabajadora Social: Una figura imprescindible

Con ello, la Trabajadora Social se convierte en un recurso universal para toda la plantilla, siendo su objetivo principal el aumento de las cotas de bienestar social y la reducción de aspectos psicosociales que puedan influir negativamente en el desarrollo de las personas. Recibe demandas económicas, personales y familiares, sanitarias, de vivienda y del entorno, educativas, de ocio y tiempo libre, de habilidades sociales, etc. y, además, asesora y facilita el trámite de recursos sociales externos relacionados con prestaciones familiares, prestaciones por discapacidad, servicios y prestaciones para la dependencia, ayudas a familias numerosas, prestaciones recogidas en la cartera del Instituto Nacional de la Seguridad Social, etc.

Desde el Trabajo Social, desarrollamos proyectos personalizados para las empresas, tales como protocolos de violencia de género, planes para la mejora de la empleabilidad, diseño y ejecución de la acción social de los convenios colectivos, diseño y gestión de fondos económicos para situaciones de emergencia social, formación específica para personal próximo a la jubilación, elaboración de informes sociales con distintos objetivos…

 

Coordinación con otros servicios y departamentos

Y todo ello estableciendo una vinculación y coordinación con otros servicios y departamentos de la organización empresarial: División de Recursos Humanos, Servicios de Vigilancia de la Salud, áreas de Prevención de Riesgos Laborales, Secciones Sindicales u otros.

Por tanto, observamos y defendemos esa relación directa y coordinación necesaria entre los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales (haciendo hincapié en los riesgos psicosociales cuyos factores de riesgo se establecen fuera del ámbito laboral) y la presencia de la figura profesional del Trabajo Social en las empresas. Invertir en Trabajo Social en una empresa, es invertir en la reducción del índice de absentismo, de los costes de personal y su rotación, de las bajas laborales, de los accidentes de trabajo y del “presentismo”, suponiendo, a su vez, el aumento del rendimiento laboral, de la satisfacción con la empresa y el sentimiento de pertenencia, de la capacidad de atracción del talento y su retención y la valoración e imagen positiva de la marca, tanto interna como externa.

 

Paula Gálvez Pichardo // Trabajadora Social.

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