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Relación entre el trabajo social en las empresas y la prevención de riesgos psicosociales

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su definición de salud, establece que “se trata de un estado de bienestar físico, mental y social completo, no meramente la ausencia del mal o la enfermedad”. 

La Agencia de Información de la Unión Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) determina que los riesgos psicosociales son “aquellos aspectos que se derivan del diseño, la organización y la gestión del trabajo, así como del entorno social, los cuales pueden producir resultados psicológicos, físicos y sociales negativos en la salud de las personas trabajadoras, como son el estrés laboral, el agotamiento o la depresión”. Los riesgos psicosociales y el estrés laboral, según refiere la OSHA, se encuentran entre los problemas que más dificultades plantean en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo, afectando a las personas, a las organizaciones y a las economías nacionales.

 

¿Sabes cuáles son los efectos que pueden ocasionar en una organización empresarial todos estos riesgos?

Si tenemos en cuenta tanto el absentismo, los mayores índices de accidentes y lesiones como el presentismo, entendido este último como personas que acuden a trabajar y no son capaces de rendir con eficacia, son factores que inciden negativamente en el ámbito empresarial. Todo ello acarrea costes a las empresas y a la sociedad notablemente cuantiosos, los cuales se han estimado en miles de millones de euros a nivel nacional.

La Encuesta Empresarial sobre los Riesgos Nuevos y Emergentes (ESENER) realizada por el EU-OSHA, explora cómo se perciben los riesgos psicosociales en las empresas europeas, cuyos resultados demuestran que se consideran un reto mayor y más difícil de gestionar que los “riesgos tradicionales” para la seguridad y salud en el trabajo. El estrés y los problemas de salud mental son los déficits de salud más importantes en el lugar de trabajo, para aproximadamente una quinta parte de las personas trabajadoras de la UE. Aproximadamente, dos terceras partes de estas personas, están expuestas a factores de riesgo psicosocial que pueden provocar estos déficits.  Por ello, se concluye que lo más eficaz para la gestión de estos riesgos es un enfoque holístico.

 

Guía electrónica para la gestión del estrés

Según la guía electrónica para la gestión del estrés y de los riesgos psicosociales publicada por la EU-OSHA, “las personas experimentan estrés laboral cuando perciben que hay un desequilibrio entre las exigencias a las que están sometidas por su trabajo y los recursos físicos y mentales de los que disponen para hacer frente a dichas exigencias”. Dicha herramienta establece una distinción entre los factores de riesgo de estrés laboral dentro y fuera de la empresa. En este caso nos centramos, desde el Trabajo Social, en aquellos factores de riesgo que se plantean fuera de la empresa, pero que, como tal, afectan al desarrollo profesional de las personas trabajadoras. Es importante comprender la manera en que las exigencias laborales y domésticas pueden contribuir al estrés, puesto que los efectos pueden tener mucho alcance. Entre esos factores de riesgo fuera del entorno laboral, podemos encontrar los siguientes:

  • Equilibrio entre la vida laboral y la personal (compaginar exigencias laborales y domésticas)
  • Acontecimientos importantes en la vida (matrimonios, embarazos, cuidado de hijos/as, divorcios, jubilaciones…)
  • Problemas personales y sociales (relacionados con el estilo de vida, el alcohol, las drogas, las condiciones de vida, contexto social…)
  • Relaciones (conflictos, acoso, falta de apoyo…)
  • Finanzas (deudas o preocupaciones económicas)
  • Enfermedad/fallecimiento de personas allegadas (cuidado de personas, enfermedades propias, pérdida de familiares, amistades…)

Tal y como se indica en la guía, cuando el estrés afecta a la capacidad de la persona para realizar su trabajo, la empresa tendrá que hacer algo al respecto, incluso si la causa no es laboral. Si los problemas ajenos al trabajo son la causa principal, tal vez puedan ayudarles a obtener ayuda o asesoramiento. Además de ayudar a esta persona, se beneficiarían de recuperar más rápido a una persona valiosa para el trabajo. No tratar estos riesgos psicosociales puede suponer un coste mucho más elevado para la empresa que invertir en ellos.

Es en este campo donde la intervención desde el Trabajo Social, tiene su razón de ser.

Te dejamos el enlace a la información presentada y la guía electrónica para la gestión del estrés y de los riesgos psicosociales de la que hablamos en el Post, por si es de tu interés tener más información sobre este asunto.

https://osha.europa.eu/es/themes/psychosocial-risks-and-stress

https://osha.europa.eu/es/tools-and-resources/e-guides/e-guide-managing-stress-and-psychosocial-risks

¿Te haces una idea de por qué todo esto tiene relación directa con nuestras funciones profesionales como Trabajadoras Sociales? Si quieres, puedes reflexionar sobre el tema ¡y dejarnos tus comentarios! Por nuestra parte, respondemos a esta pregunta en el siguiente Post.

 

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