De poder salir de esta situación pandémica, ¿podemos afirmar que mantendremos, sin lugar a dudas el teletrabajo?
Cualquiera que se hiciera estas preguntas, la respuesta inmediata sería: …” pues depende de la actividad productiva”, y ciertamente, así sería.
Leí hace unos días a John Muller, periodista chileno, y hacía un comentario acerca del impacto que tiene el teletrabajo en lo que denomina, “economía de la aglomeración”. Se refería, no solo a la ganancia de la productividad que obtienen las empresas cuando están cerca unas de otras, sino que también tenía incidencia, el que los trabajadores no puedan verse cara a cara y aprovechar esos intervalos de descanso para charlar y mantener una relación en los espacios laborales.
Ventajas e inconvenientes del teletrabajo
Está claro que el teletrabajo tiene ventajas e inconvenientes, entre las ventajas cabe resaltar el ahorro de tiempo en los desplazamientos, pero si analizamos nuestra actividad profesional de Trabajo Social, no tenemos otro camino que ponerlo en relación con las personas. Y… nos estamos perdiendo:- El calor humano que desprenden sus miradas
- El sentimiento que se deduce de su gestualidad
- La intensidad en el establecimiento de la relación de confianza
- Y a veces…el roce.


